Aquí tenemos una novela intimista en toda regla que nos habla de relaciones humanas y sobre todo del sentimiento más noble: la amistad. Una amistad quAquí tenemos una novela intimista en toda regla que nos habla de relaciones humanas y sobre todo del sentimiento más noble: la amistad. Una amistad que será puesta sobre la mesa y desmenuzada con todo lo que eso conlleva, en el sentido positivo y en el negativo. Esta es la historia de dos grandes e inseparables amigos que han pasado más de cuarenta años sin verse. Ya en su vejez, volverán a reencontrarse y harán un repaso a sus vidas, que han quedado marcadas por un gran secreto. ¿Qué ha hecho que hayan pasado tanto tiempo separados sin saber el uno del otro? En realidad, tienen una gran conversación pendiente y han esperado toda la vida para este momento que ambos sabían que tarde o temprano iba a llegar, y tal vez precisamente sea esta espera lo que les ha mantenido en vida.
"Porque los secretos como el que se interpone entre nosotros tienen una fuerza peculiar. Queman los tejidos de la vida, como unos rayos maléficos, pero también confieren una tensión, cierto calor a la vida. Te obligan a seguir viviendo... Mientras uno tenga algo que hacer en esta tierra, se mantiene con vida."
Cuando se produce el esperado encuentro, acaba convirtiéndose más bien un monólogo donde uno interpela al otro, y de ahí el enorme logro de Márai: convertir eso, tan simple en apariencia, en una adictiva historia de la que no puedes despegarte. A partir de ese punto, la novela crece sin parar. No esperen una novela de acción ni parecidos, porque no tiene nada de eso, es todo lo contrario: cocina a fuego lento. Márai despliega una narrativa de altos quilates servida para ser saboreada con detenimiento, sin prisas. La recompensa, sin duda, es enorme.
"Qué significa la fidelidad, qué esperamos de la persona a quien amamos? Yo ya soy viejo, y he reflexionado mucho sobre esto. ¿Exigir fidelidad no sería acaso un grado extremo de la egolatría, del egoísmo y de la vanidad, como la mayoría de las cosas y de los deseos de los seres humanos? Cuando exigimos a alguien fidelidad, ¿es acaso nuestro propósito que la otra persona sea feliz? Y si la otra persona no es feliz en la sutil esclavitud de la fidelidad, ¿amamos a la persona a quien se la exigimos? Y si no amamos a esa persona ni la hacemos feliz, ¿tenemos derecho a exigirle fidelidad y sacrificio?"...more
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